surge imponente su genial figura,
tiene en su talla la suprema altura
de la heráldica estirpe vencedora.
Es la intuición, ferviente triunfadora,
que del tiempo en el mármol se perdura,
el astro rutilante que fulgura
y con su luz un continente dora.
Su no vencida espada de pelea
abre fecundos surcos en el suelo
en que germina con vigor la idea.
Y, signo de soberana,
un cóndor austral abate en vuelo
sobre la excelsa cumbre americana.
DIEGO FERNÁNDEZ ESPIRO.
Ejemplo de altruismo, dedicación y entereza, éste es el mayor de nuestros héroes nacionales. En nuestra Patria lo consideramos un padre y le hemos rendido homenaje colocando su nombre en calles, ciudades y hasta en nuestra moneda nacional.
Hoy recordamos a este hombre que, con valor y grandeza, supo encontrar un lugar en la inmortalidad.
Evoquemos su obra, imitemos su ejemplo, luchemos por superarlo.
COMISIÓN DIRECTIVA
AMET Pcia. de Bs. As.
